El plan para recuperar el recinto islámico de Calatayud estará redactado en 2009.


El Ayuntamiento aspira a un proyecto similar al efectuado en la catedral de Tarazona para esta valiosa fortificación, muy deteriorada.

La revisión del plan director, que acabará a mediados de 2009, determinará cómo se lleva a cabo la consolidación y restauración del conjunto fortificado islámico de Calatayud, que se encuentra en un estado muy precario y que ha sufrido desprendimientos recientes. Son cinco castillos unidos en su origen por medio de varios kilómetros de murallas. Su construcción data de la primera mitad del siglo IX, aunque cuenta con añadidos posteriores.

A lo largo de los años, el deterioro ha ido avanzando sin que se haya llevado a cabo ningún tipo de intervención. En anteriores mandatos, el Ayuntamiento bilbilitano hizo los trámites para acometer su rehabilitación a través de los fondos del 1 % cultural que el Fomento destina al patrimonio. Sin embargo no llegaron a presentarse los proyectos precisos y no llegó a consignarse partida presupuestaria para ejecutar las obras.

A finales del año pasado se desplomó un paño de la muralla en el muro norte del Castillo Mayor o de Ayud, hecho que alertó sobre la necesidad de actuar en un conjunto declarado Bien de Interés Cultural de Aragón en 2006. A partir de ese momento las gestiones se han dirigido, por un lado, a reparar y consolidar de urgencia la parte dañada y otras con riesgos de nuevos desprendimientos, y, por otro, a buscar los acuerdos con las administraciones para llevar a cabo una actuación integral.

Con ese fin se intentará nuevamente incluirlo en el 1% cultural, para lo que hay que presentar un proyecto que ya está redactando la Dirección General de Patrimonio de la DGA. "Queremos además que se incluya en el Plan de Murallas Urbanas del Ministerio de Cultura, porque probablemente aseguraría más la restauración, ya que podríamos contar con un plan tan ambicioso como el que se ha llevado a cabo con la Catedral de Tarazona", explicó el alcalde bilbilitano, Víctor Ruiz.

El director general de Patrimonio reconoció que la recuperación se alargará por tratarse de un conjunto muy amplio y estropeado. "Las fortificaciones se abandonaron hace siglos al perder su valor militar, y, además del deterioro natural, la población va extrayendo piedra. Parar ese proceso y recuperar parte de la estructura es complicado desde el punto de vista técnico, pero fundamentalmente largo", indicó Jaime Vicente.

Reflexionar sobre el tipo de intervención, decidir que partes se conservan y consolidan, cuáles se restauran o reconstruyen y plantearse posibles nuevos usos es la fase en la que se trabaja. "Estamos revisando el plan director para adaptarlo a los nuevos criterios, y a mediados del año que viene seguro que está terminado, supervisado y aprobado", avanzó Vicente.
Esta construcción -la más antigua que se conserva en la península de época islámica- ha sido incluida junto con las murallas de Daroca, Teruel y Huesca en un listado de posibles intervenciones con cargo al programa de Murallas Urbanas del Plan Nacional de Arquitectura Fortificada. "Necesitamos el máximo número de ayudas, porque el coste ascendería a como mínimo a nueve millones de euros, aunque me atrevería a decir que podía ser el doble, porque la muralla tiene kilómetros de longitud y los castillos una extensión tremenda", manifestó Víctor Ruiz.

Mientras se resuelven las solicitudes de financiación, se está terminando la actuación de emergencia en el tramo de muralla que se desprendió, y hace unas semanas se inició la consolidación del torreón del Castillo Mayor.

No hay comentarios: