Un derrumbe en el castillo de Montearagón (Huesca) obliga a cancelar 4 actos en un mes.


Pronunciar el 'sí, quiero' en una fortaleza del siglo XI tiene un encanto especial. Sin embargo, el desprendimiento hace poco más de un mes de varios bloques de piedra del muro exterior del castillo de Montearagón, ubicado en el pueblo de Quicena, a muy pocos kilómetros de Huesca, ha obligado a una pareja de novios a trasladar su enlace matrimonial a otro enclave, ya que la Subdelegación del Gobierno, siguiendo instrucciones del Instituto de Patrimonio Histórico Español, desaconsejó celebrarlo allí por motivos de seguridad.


En las últimas semanas se han tenido que suspender otros dos actos por el deterioro que presenta el castillo: una romería convocada el 23 de mayo por los vecinos del cercano pueblo de Loporzano y unas rutas escolares organizadas por la comarca de la Hoya. A ellos se sumó ayer la Asociación de Amigos de Montearagón, que anunció también la cancelación de los actos organizados el 13 de junio para celebrar la XIII edición del Día de Montearagón.

Desde la Subdelegación del Gobierno informaron de que las autorizaciones para poder celebrar actos en esta fortaleza, declarada monumento histórico-artístico y propiedad del Estado, se han suspendido "hasta que se hayan reparado los daños ocasionados por el derrumbe del muro".

En este sentido, aseguraron que el Instituto de Patrimonio Histórico Español, dependiente del Ministerio de Cultura, ya ha iniciado gestiones y que de hecho el pasado 20 de mayo un arquitecto visitó el castillo para realizar una evaluación de los desperfectos y presentar una propuesta de actuación que todavía no se conoce.

"Era un riesgo para las personas"

Manuel Tresaco, presidente de la Asociación de Amigos de Montearagón, explicó ayer que la suspensión de la jornada lúdica y reivindicativa se debe al peligro derivado del desprendimiento del muro "porque no se descarta que pueda haber otros similares y eso ya supone un riesgo de seguridad para las personas". Además, el camino de acceso al castillo se encuentra cortado por los grandes bloques de piedra que cayeron, "aunque hay un pequeño sendero por el que se puede pasar a pie".

En su caso, la Subdelegación del Gobierno todavía no les había aconsejado la suspensión de las actividades, "pero nos hemos adelantado porque hay que asumir las limitaciones por seguridad".

Desde la Asociación de Amigos de Montearagón insistieron en que son conscientes de que en la actual situación de crisis económica "no es momento para muchos fuegos artificiales", aunque esperan que la visita del arquitecto del Instituto de Patrimonio Histórico Español sirva al menos "para abordar lo más urgente, que es el muro, y para que pueda haber a partir de ahora un mínimo de mantenimiento y de atención que evite este tipo de hechos".

Tresaco también lamentó la sucesión de actos vandálicos que han afectado en los últimos meses al castillo ya que pueden contribuir a deteriorar aún más su estado. El más grave, a su juicio, fue la rotura de un ventanal de la iglesia "porque permite que puedan colarse las palomas dentro y eso puede generar un problema después de que se pintaran la bóveda y las yeserías". De hecho, aseguró que en la torre del campanario, donde no hay ningún tipo de protección contra las aves, ya son muy visibles los daños. "Aquello está deshecho", afirmó.

Para el 13 de junio habían preparado un programa de actos que consistía en una misa, un festival de jotas con el grupo Estirpe de Aragonia y una degustación de las 'piedras de Montearagón'. "Este año será un acto reivindicativo por omisión, aunque confiemos en que el año que viene lo podamos recuperar", deseó Tresaco.

Fuente: HERALDO.es

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