Un libro recupera las defensas exteriores de Zaragoza en 1808

José Antonio Pérez Francés cubre una laguna en las fuentes documentales sobre los Sitios.

"Las fuentes clásicas sobre los Sitios de Zaragoza, no mencionaban la defensa exterior de la ciudad; como máximo aparecía el Arrabal". El investigador zaragozano José Antonio Pérez Francés presentaba ayer los resultados de su investigación de dos años recogidos en el libro Zaragoza 1808-1809. La defensa exterior, que describe la ubicación de las obras tanto defensivas como ofensivas durante los dos asedios a la capital fuera del casco urbano.

El autor, teniente coronel de Artillería y antiguo profesor en la Academia General Militar demuestra que se empleó el Canal Imperial de Aragón como primera línea de defensa y profundiza en el carácter de reducto del Arrabal. Los restos de varias de las fortificaciones y asentamientos artilleros se conservan.

El presidente de la Asociación Cultural Los Sitios de Zaragoza, Santiago Gonzalo, recordó que el libro se presentaba un 18 de febrero, el día de 1809 en el que cayó el Arrabal y el barón de Warsage hizo el intento desesperado de salir al paso de los franceses cruzando el puente, donde fracasó y quedó herido de muerte. Fue el final de la resistencia.

"Los franceses ya habían logrado cruzar el Ebro el 11 de julio de 1808 , por un vado próximo a Alfocea para atacar la posición de Ranillas" señala el investigador, para agregar que los franceses construyeron hasta cuatro puentes sobre el río, uno de ellos junto a la desembocadura del Gállego. El libro de Pérez Francés muestra con mapas del enemigo dónde estaban los vados y las fortificaciones de defensa.

Menos estudiado estaba el otro flanco del ataque napoleónico."Los franceses querían evitar el castillo de la Aljafería y lo que hicieron fue avanzar por el Camino Real: de Alagón a Zaragoza, y al llegar a Casetas se desvían a una casa de ganado y avanzan por la orilla del canal". Pérez Francés ha descubierto defensas artilleras en puntos como el Puente de la Muela, las Esclusas de San Carlos, en Casablanca, y el puente de América. "Si en el puente de la Muela un batallón aguantó el ataque francés, tenía que haber algún tipo de fortificación. No fue difícil encontrarlo. Había restos importantes, líneas muy marcadas; pero sobre esos restos plantean ahora chalés", explicó el autor.

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