El ocaso de los señores de los castillos: Pambre (A Coruña)


Podríamos seguir con innumerables ejemplos de propiedades aristocráticas que regresan al pueblo. Cada vez que visitamos el castillo de Santa Cruz, en la islita de A Coruña, nos entran ganas de convertirnos en piratas. Pero no siempre pudimos visitar este monumento. Perteneció a la familia Quiroga y estos aristócratas, también vinculados con la marquesa de San Sadurniño, cedieron las instalaciones a Franco. El dictador las convirtió en un sanatorio para sus soldados de caballería.

Pero si queremos polémicas recientes, nada mejor que irnos a Palas de Rei (Lugo). El propietario del castillo de Pambre, Manuel Taboada Fernández, no lo quería abrir al público, por lo que Cultura decidió iniciar hace semanas un expediente por su negativa.

La Dirección Xeral de Patrimonio tomaba esta decisión ante "o reiterado incumprimento da obriga de facilitar un mínimo de catro días ó mes o acceso con carácter gratuíto ás instalacións". Este monumento también está declarado Bien de Interés Cultural, y la apertura del procedimiento sancionador se produjo después de "reiteradas comunicacións".

Este castillo de Pambre ya se declaró monumento por decreto de 22 de abril de 1949, en plena posguerra mundial. Por sus muros han pasado épocas de penurias populares y evoluciones históricas. Se alzó nada menos que en el siglo XIV, y los historiadores lo catalogan como uno de los mejores ejemplos de arquitectura medieval que se puede contemplar en nuestro país. Una muralla exterior de planta irregular y otra interior cuadrangular rodean la fortaleza. Y la torre de homenaje se encuentra bien flanqueada por otros cuatro torreones cuadrados de menor tamaño.

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